1. ¿Qué es la hipnosis?
«La mente inconsciente del hombre ve correctamente, incluso cuando la razón consciente es ciega e impotente.» CG Jung
La hipnosis es un estado alternativo de conciencia dónde centramos la atención hacia nuestro mundo interior y somos capaces de llevar a cabo acciones a nivel físico, emocional e intelectual que superan nuestra capacidad habitual. Nos posibilita un acceso privilegiado a determinadas áreas de nuestro cerebro como por ejemplo la memoria y el sistema nervioso central autónomo. Desde allí puede tener influencia sobre nuestro sistema hormonal, el sistema inmune y el sistema neuropeptídico. Facilita el aprendizaje, la creatividad y la fantasía. Al tener la libertad de acceder a estos lugares de nuestra fisionomía, pueden darse procesos que parecen casi mágicos, sin embargo lo único que estamos haciendo es utilizar toda nuestra capacidad.
El procedimiento hipnótico facilita el trabajo con nuestras emociones y experiencias en el contexto terapéutico. Nos permite salir del marco del día a día a nivel psicológico, cognitivo y emocional experimentando nuevas posibilidades y encontrando soluciones al explorar caminos alternativos que activan nuestros recursos. Establecemos una comunicación óptima con nuestro inconsciente ayudando al consciente a estar en armonía con él.
Nuestro funcionamiento psicológico es al 10% consciente y al 90% inconsciente.
El pensamiento consciente nos ayuda a pensar de una forma lógica y racional sobre los acontecimientos. Es el que analiza y ordena linealmente toda la información que tenemos de nosotros y del mundo. Es la voluntad, con la que decimos: “yo quiero dejar de fumar”, “hoy mismo empiezo la dieta”, “acabo con esta relación”, “yo quiero estar mejor”,…
El inconsciente funciona de una manera autónoma. Controla todo lo que rige el bienestar psicológico, emocional e influye en gran parte de la fisiología del cuerpo: el funcionamiento del corazón, la tensión arterial, las hormonas, el sistema digestivo e incluso el inmunitario. Es el responsable de nuestras acciones automáticas. Se expresa a través del lenguaje simbólico y las imágenes. Con nuestro inconsciente sentimos lo que vivimos e imaginamos. Tiene una gran capacidad de aprendizaje. En él se quedan instalados desde los complejos aprendizajes que realizamos en nuestros primeros años de vida como andar, hablar, leer…, hasta las diferentes habilidades que vamos adquiriendo a lo largo de nuestro proceso vital.
2. ¿Qué es la Hipnosis Ericksoniana?
Milton H. Erickson, psiquiatra norteamericano de los años 50, es el padre de la hipnosis moderna. Introdujo varias modificaciones al concepto de hipnosis de la época.
A diferencia de la hipnosis clásica que tiene un protocolo de acción más rígido y autoritario limitando su uso a personas con determinadas capacidades, Erickson afirmaba que todos los seres humanos poseían la capacidad de desarrollar estados de trance. Así, definió el trance como un proceso natural y necesario de nuestro funcionamiento psicológico saludable al que accedemos con regularidad y de manera espontánea desde los primeros años de nuestra vida.
Desde esta perspectiva M. H. Erickson desarrolló una forma diferente de aplicar la hipnosis convirtiendo el proceso hipnótico en un acto colaborativo, creativo y vivencial dónde se da la posibilidad al otro de ganar espacio interno ampliando las posibilidades de acción, abriendo nuevas perspectivas y fortaleciendo la personalidad y autonomía de la persona. En esta nueva forma de hipnosis se considera la individualidad de quien consulta. La terapia se adapta a las necesidades de cada consultante como un traje cortado a medida.
3. Mitos y realidades
Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender. (Marie Curie)
La palabra hipnosis despierta en muchas personas sentimientos ambivalentes. Por un lado, evoca la idea de curaciones mágicas y provoca una expectativa exagerada. Por otro lado, produce miedo a perder el control o a ver su voluntad anulada por el terapeuta y expuesto a hacer cosas que uno no quiere.
Estas ideas tienen su origen en las creencias populares adquiridas en los espectáculos televisivos y teatrales que nada tiene que ver con la hipnosis clínica o con el uso terapéutico de ésta. Los hipnólogos de espectáculo no contemplan la ética que subyace en la práctica de los profesionales de la salud mental.
Algunos de los mitos que surgen de estas creencias populares son:
mito nº 1: “La hipnosis elimina y anula el control voluntario de la persona.”
Este mito que nace en el seno del espectáculo y en el que se ve actuar de forma aparentemente involuntaria a las personas, de manera ridícula y grotesca, se explica en el consentimiento previo de la persona a formar parte de tal espectáculo y en otros casos condicionados por la presión social que existe una vez subido al escenario. No existe ninguna evidencia de que alguien haya obrado en contra de su voluntad debido a la hipnosis.
mito nº 2: “Bajo hipnosis el paciente revela secretos contra su voluntad”
La persona en estado hipnótico no es inconsciente, decide libremente lo que quiere contestar. Pero sí es capaz a lo largo del proceso de recuperar y recordar eventos del pasado. Todo lo que uno mantiene negado y olvidado se vuelve más accesible.
mito nº 3: “La hipnosis puede dejar a la persona “atrapada” en un estado de trance, de forma que no puede salir de él quedando mermada su voluntad o derivando en un demente.”
Situada en el polo opuesto de la demencia, la hipnosis aporta claridad y coherencia. Nadie se queda “atrapado” en un estado de relajación y concentración. La persona, o bien se queda dormida, o se despierta y vuelve a la conciencia habitual.
mito nº 4: “La hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y cuasi-mágicas en las personas.”
Bajo hipnosis solo tiene lugar aquello que también ocurre en estado de conciencia habitual. La persona hipnotizada, por lo tanto, no tiene reacciones o competencias que no posea ya. La hipnosis puede ayudarle a descubrir que puede hacer más de lo que cree y desarrollar facultades y habilidades mermadas.
mito nº 5: “La hipnosis es una terapia que no exige ningún esfuerzo por parte del cliente para cambiar de comportamiento.”
La hipnosis no es una terapia, es una técnica que facilita el resultado de una intervención y que puede acelerar el tratamiento disminuyendo el esfuerzo subjetivo de la persona.
Sin embargo, el paciente debe implicarse activamente en el tratamiento para obtener los resultados deseados.
4. ¿Cuando es recomendable la hipnosis?
¿En qué casos está contraindicada?
La hipnosis no tiene una contraindicación absoluta. Requiere una evaluación por parte del profesional de cada caso. Por este motivo es importante la formación del experto que lo aplica, que además de tener conocimientos sobre los procedimientos hipnóticos debe tener una formación en psicología y conocimientos terapéuticos.
Se pueden mencionar dos contraindicaciones:
– cuando el paciente muestra demasiado miedo a utilizarla es preferible aplicar otra técnica,
– si el paciente sufre un trastorno psicótico, la hipnosis puede ser aplicada de una forma concreta y limitada y una vez evaluado el caso.
¿En qué casos es indicada?
La hipnosis resulta eficaz en:
· Los trastornos de ansiedad, estrés, insomnio y en otros muchos trastornos psicológicos.
· Problemas de alimentación: anorexia, bulimia y sobrepeso.
· Problemas psicosomáticos como: colon irritable, problemas dermatológicos, tinitus, jaquecas, gastritis,…
· El manejo del dolor, preparación previa a la cirugía, nauseas y vómitos posteriores a la quimioterapia, acompañamiento en los procesos de enfermedad,..
· La preparación al parto.
· El tabaquismo.
· Es un magnífico instrumento para el autoconocimiento y el desarrollo de la creatividad.
5. Beneficios
+ La hipnosis facilita y acelera el proceso terapéutico.
+ Facilita los procesos de aprendizaje.
+ Provoca cambios fisiológicos que llevan a la armonización de los procesos somáticos. Reduce el estrés, facilita la recuperación, la sanación y fortalece el sistema inmune. Entre estos cambios fisiológicos comprobados empíricamente se encuentran: relajación muscular, disminución de la frecuencia cardiaca, regulación de la presión sanguínea, disminución de las hormonas del estrés, la respiración se vuelve más acompasada y profunda y se produce una activación de determinadas áreas cerebrales.
+ Nos hace estar más centrados en nosotros mismos, ofreciéndonos un acceso más directo a nuestra parte emocional y nuestros recursos inconscientes.
+ Nos ayuda a estimular la creatividad
+ Fomenta el auto-control